viernes, 28 de septiembre de 2012

La literalidad en el humor

  La palabra literal se refiere a aquello que se lee o interpreta "al pie de la letra". Esto significa que si yo digo por ejemplo "estaba en llamas cuando me acosté" (García dixit), estoy diciendo, literalmente que estaba prendido fuego cuando me acosté o que soy Johnny Storm (para los más antiguos, la antorcha humana); o si digo "la amiga que me presentaste es simpática", estoy diciendo, en sentido literal, que la amiga que me presentaste es simpática (guiño, guiño).
   El sentido literal se complementa con el sentido figurado para generar ciertos recursos como, por ejemplo, la metáfora. En la metáfora coexisten dos elementos de los cuales uno, que mantiene su sentido literal, le traslada al otro estos sentidos de manera figurada. Para ejemplificar, voy a utilizar la metáfora que más me gusta y que me acompañó durante estos primeros seis años de enseñanza: si yo digo "Riquelme disparó un misil que se clavó en un ángulo" (para los que todavía dudan, vean especialmente los minutos 03:11 -de tiro libre-; 03:47 -de jugada-; 07:27 -de penal-; 08:34 -al rojo- 10:28 -¡de cabeza!- y 12:17 -¡¡infernal!!-; o busquen el gol de tiro libre a Bonano en la Copa Libertadores del 2000). 
  Volviendo al ejemplo, en esta metáfora coexisten dos elementos: la pelota y el misil. El misil mantiene sus características de manera literal, por ejemplo, es potente, veloz, preciso, pero en la metáfora, le traslada estos sentidos a la pelota; entonces, Riquelme no disparó un misil, sino que pateó la pelota de manera tan potente, veloz y precisa que, en sentido figurado, parecía un misil. 
  Cuando hablamos cotidianamente, utilizamos un montón de frases con sentido figurado; el humor literal consiste en entender de manera literal ("al pie de la letra") aquello que se dice de manera figurada. En el libro de Caloi Con el deporte no se juega (Ediciones de la Flor, 1987), se ve a un arquero con un cuchillo en el pantalón y a un delantero con tajos en la cara que le dice a otro: "Abajo de los palos no pasa nada, pero hay que tener cuidado en los centros, cuando sale a cortar". En este caso, cortar un centro significa que el arquero descuelga (otra figura) la pelota en el aire, pero definitivamente, este arquero no lo entiende de esta manera.
  En otro de los chistes (que no voy a escanear porque evidentemente no lo puedo hacer bien), hay un equipo de jugadores negros y uno sólo es blanquito y rubio; el director técnico lo señala y les dice al resto: "A ver si nos entendemos... cuando yo digo «pase al claro» no quiere decir que hay que tirarle la pelota siempre a Méndez...".
  Para aquellos que quieran seguir profundizando en el tema, encontré webeando un blog llamado humor literal de Patricio Corvalán; sí bien a él no lo conozco, el blog puede resultarles interesante. Nosotros nos vemos pronto y que el último apague la luz (¿literal o figuradamente?).

El humor literal nos va a permitir entender cómo funciona el doble sentido

viernes, 7 de septiembre de 2012

Enfrentamientos

  Cuando uno pasa por el predio de Ezeiza donde practica la selección nacional, ve un gran cartel que dice: "Defendemos los mismos colores". Sabemos de qué colores hablamos, lo que genera una duda mayor es frente a qué los defendemos. Hoy se jugó el encuentro entre nuestra selección y Paraguay. Antes de comenzar el partido se escucharon los himnos nacionales. Cuando le tocó el turno al argentino, y mientras uno esperaba escuchar los primeros acordes, se escuchó directamente la parte final, esa que se corea en la cancha como un grito de guerra, acompañado con las estrofas finales: "Oh juremos con gloria morir", repetidas por triplicado.

  Algo similar ocurre con la Copa Libertadores de América. No es raro que los partidos terminen un medio de golpes o, a veces, en verdaderas batallas campales. Lo más paradojico de todo, es que la copa se llama Libertadores de América respondiendo a aquellas grandes figuras que liberaron el continente, como San Martín y Bolivar, cuya idea era unir toda América en una gran república, y esta competencia, por el contrario, se encarga de generar cada vez mayores diferencias y violencia. Por suerte, ahora le cambiaron el nombre a Copa Santander Libertadores, seguramente para evitar que los Libertadores de América siguieran revolcándose en sus tumbas. 

jueves, 6 de septiembre de 2012

Madame Bovary, Gustave Flaubert

“La Bovary c´est moi”
Madame Bovary es una novela sobre una mujer, Emma, que leía vorazmente y anhelaba una vida de hechos gloriosos. Casada con un doctor de provincia, Charles Bovary, ella se encuentra desilusionada: “Antes de la boda, Emma había creído estar enamorada; pero la dicha que hubiera tenido que resultar de este amor no había llegado, por lo cual pensaba que necesariamente se había equivocado. Y trataba de saber qué es lo que la gente quiere decir en la vida real con las palabras dicha, pasión y embriaguez, que había hallado en los libros y le parecían tan hermosas”. El autor ingresa hasta lo más profundo de su personaje y muestra cuáles son las causas que conducen a Emma y a quienes la rodean hacia el adulterio, la lujuria y la desesperación: “Habituada a la calma, su espíritu deseaba lo contrario, lo accidentado”. Emma Bovary defiende, según la mirada romántica de Vargas Llosa, el derecho al placer que niega la sociedad.
“Le mot juste”
Tres palabras definen la forma de escribir de Gustave Flaubert: trabajo, corrección y perfeccionamiento. Escrita durante el 2º imperio de Napoleón III, entre 1851 y 1856, Madame Bovary fue una de las novelas que dieron principio a la narrativa moderna. La palabra exacta, la impersonalidad, la objetividad, la composición rigurosa, el planeamiento, o como define Mario Vargas Llosa al “método flaubertiano: esa lenta, escrupulosa, sistemática, obsesiva, terca, documentada, fría y ardiente construcción de la historia”.
En el cine
Varias fueron las películas que llevaron al cine la historia de Madame Bovary: Jean Renoir en 1933; Carlos Schlieper en 1947; Vincente Minnelli en 1949; Claude Chabrol en 1991; y Tim Fywell en el año 2000.