viernes, 7 de septiembre de 2012

Enfrentamientos

  Cuando uno pasa por el predio de Ezeiza donde practica la selección nacional, ve un gran cartel que dice: "Defendemos los mismos colores". Sabemos de qué colores hablamos, lo que genera una duda mayor es frente a qué los defendemos. Hoy se jugó el encuentro entre nuestra selección y Paraguay. Antes de comenzar el partido se escucharon los himnos nacionales. Cuando le tocó el turno al argentino, y mientras uno esperaba escuchar los primeros acordes, se escuchó directamente la parte final, esa que se corea en la cancha como un grito de guerra, acompañado con las estrofas finales: "Oh juremos con gloria morir", repetidas por triplicado.

  Algo similar ocurre con la Copa Libertadores de América. No es raro que los partidos terminen un medio de golpes o, a veces, en verdaderas batallas campales. Lo más paradojico de todo, es que la copa se llama Libertadores de América respondiendo a aquellas grandes figuras que liberaron el continente, como San Martín y Bolivar, cuya idea era unir toda América en una gran república, y esta competencia, por el contrario, se encarga de generar cada vez mayores diferencias y violencia. Por suerte, ahora le cambiaron el nombre a Copa Santander Libertadores, seguramente para evitar que los Libertadores de América siguieran revolcándose en sus tumbas. 

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