El día 27 de agosto de
2004, la Coalición por una Radiodifusión
Democrática (grupo de más de 300 organizaciones sociales, comunitarias, de
derechos humanos, sindicales y de pequeñas y medianas empresas) propuso una
lista de 21 puntos básicos que debía tener la nueva ley de radiodifusión que
reemplazaría a la sancionada por la última dictadura militar. Con el tiempo, y
el trabajo, estos 21 puntos se transformaron en la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (LSCA), la cual, según
un artículo del 10/10/12 publicado en la página del Grupo Clarín, “plantea en su texto que busca promover, desconcentrar
y fomentar la competencia, «con fines de abaratamiento, democratización y
universalización del aprovechamiento de las nuevas tecnologías de la
información y la comunicación»”. El principal afectado por la implementación de
esta ley es el mayor monopolio de medios argentino: el mismo Grupo Clarín, que posee 250 de las cinco
mil licencias de radio y televisión adjudicadas en el país, y agrupa medios
como Canal Trece (aire), TN (cable), Radio Mitre (Am), La 100
(Fm), TyC (cable). En la nota de tapa
de la edición de Página/12 del 11/10/12,
se especifican los tiempos que corren al Grupo
Clarín: “Cristina Fernández de Kirchner destacó que el 10 de diciembre, Día
Internacional de los Derechos Humanos, empezará a aplicarse la cláusula de
desinversión para aquellos grupos que no se adecuen a la ley”, dado que el 7 de
diciembre, según criterio de la Corte Suprema de Justicia, vence la medida cautelar
que beneficia a este grupo. Un grupo económico poderoso en conflicto con las
instituciones (políticas, legales, económicas) cuyos tiempos se acortan en su
recorrido hacia su dispersión en partes más pequeñas: “Sólo seremos libres
cuando la ley sea igual para todos” es el título de la nota en la vos de Cristina
Fernández.
En esta época de
pretensiones igualitarias (matrimonio igualitario, asignación universal por
hijo), un paralelo puede establecerse con el equipo de Independiente 2012,
dirigido por el “Tolo” Américo Gallego. Uno de los 5 grandes del fútbol argentino, cuya
crisis político-económica lo posiciona en igualdad de condiciones con el resto
de los equipos, y cuyos tiempos se acortan indefectiblemente: “Los adversarios
son tantos que, por ahora, mientras no gana y acrecienta la racha negativa, no
se da cuenta de cuál ocuparse primero. Tiene
tiempo, tiene llama, pero la vela sigue acortándose”. La metáfora pertenece
a Francisco Schiavo y fue escrita en Canchallena.com
el 10/10/12. La metáfora es clara: remite al tropos latino del “tempos
fugit”, el tiempo que se escapa, y plantea una contradicción: la misma llama
que mantiene encendida la esperanza de escapar del descenso (y la llama remite
a otra representación propia del club: el infierno, imagen propicia también
para describir este momento de Independiente), esa misma llama consume la vela,
acorta los tiempos.

Por un lado, se habla de
adversarios porque, tangencialmente, el periodista toca otro tema candente; el de la lucha del presidente
del club contra la barra brava: “La pregunta es si podrá contra tantos
rivales”, continúa Schiavo. “La desconfianza está latente, a la espera de
cualquier boicot de la barra brava por la lucha que empezó el presidente Javier
Cantero, que les cortó los beneficios a los violentos”. A los problemas
económicos que apuran a Independiente (“La mayoría de las deudas son a corto plazo. Y hay muchas cuotas que
están vencidas” confirmó el tesorero
del club, Luis Felice, en nota de Cancha Llena del 11/10/12), se les suma la
confrontación de la dirigencia contra la barra. Ambas luchas parecen ser por
los números, igual que los problemas del equipo. En nota del 16/09/12, cuando
recién asumía el nuevo director técnico, Canchallena
publica: “En apenas tres días el
Tolo pasó de decir «Ni mamado me voy al descenso con este plantel» a «Hay que
empezar a sumar»”.
El tema de los promedios
del descenso es importante, porque amenaza con volverse una realidad cada vez
más tangible. Dos años atrás, cuando River atravesaba una situación parecida,
todo parecía una posibilidad, ya que desde el último descenso de un equipo
grande, Racing en 1983, pasaron casi treinta años. En este contexto, el
descenso de River parecía improbable. Ricardo Badurza titula en la página deportes.aollatino.com del 30/03/10 (un
año antes del partido contra Belgrano de Córdoba): “La duda y el fantasma del
descenso se agigantan”. En esta ocasión, el otro en el que se ve reflejado Independiente
es doble: “No hay enemigos imaginarios.
Curiosamente, suena positivo darse cuenta a tiempo de la realidad para no caer en los mismos errores que River, que jugó una
temporada en la B Nacional,
y que San Lorenzo, que salvó la categoría en una sufrida Promoción con
Instituto”. La metáfora del fantasma como una entidad intangible ya no es
apropiada: River, uno de los equipos grandes, vio esa posibilidad volverse
realidad; San Lorenzo, estuvo a dos encuentros de repetir el mismo derrotero.
Al problema de los
plazos se suma una discusión tan antigua como nuestra propia identidad
futbolística: la tensión entre jugar bien o ganar (representada en el
enfrentamiento entre menotistas y bilardistas): “Gallego junta las piezas de la
máquina del tiempo” (…). «Los liberé
a todos para que jueguen como lo hacían en sus anteriores clubes» (…). Algunos
podrán. Otros, ya por una cuestión de edad, en los tramos finales de sus carreras, no estarán tan cerca de aquellas
tardes” (CLL 14/09/12). La referencia a la máquina
del tiempo nos permite introducir la cuestión histórica. Las
incorporaciones para este torneo plantean un anacronismo: "Nos criticaron
porque trajimos jugadores con años en Primera y algunos se lesionaron. Buscamos
un perfil determinado de jugador por el momento que atravesamos y lo trajimos”,
comentó Cantero a Cancha Llena el 14/09/12. La identidad futbolística del
equipo está asociada, sobre todo en la figura de su actual asesor Ricardo
“Bocha” Bochini (ganador, entre otros títulos, de 4 Copas Libertadores de
América, 3 consecutivas entre 1973 y 1975), con el buen juego. Escribe Damián
Cáceres: “Independiente, que vive enamorado de su historia, de su mística y de
su pasado de gloria” (CLL 26/09/12). Por esta razón, el problema de los
resultados también está relacionado con el tiempo: con el recuerdo de los
buenos tiempos de fútbol, pero también con la necesidad de obtener puntos
(victorias) más allá del “buen juego”. Ya lo plantea Roberto Battión: "Jugar
de contra sería una falta de respeto a la historia de Independiente" (CLL
27/09/12); también la plantea, aunque de forma contradictoria, su nuevo
director técnica (con el cual lograron el último campeonato: el Apertura 2002):
"Lo importante fue el resultado [que cortó una racha de 17 partidos sin
conocer la victoria entre la Copa Sudamericana y el torneo local], pero lo
ganamos porque fuimos mejores. Igual, el domingo [ante Unión por la
novena fecha del Inicial] tenemos que
volver a ganar". Gallego (CLL 26/09/12). Fuimos mejores, pero importa
el resultado.
En una época donde los
“poderosos” (como dice Ciro Martínez en la canción de Los Piojos “Marado”) son desarticulados,
donde el peso de la historia ya no suma, donde futbolística y económicamente
los equipos tienen una postura más democrática (o igualadora), el futuro de Independiente se vuelve cada vez más incierto.