"El primitivo organo del olfato,
el más bajo de los sentidos"
El perfume (
Das parfum. Die Gerchichte eines Mörders) nos
anuncia desde su título que es la historia de un asesino. Ambientada en la Francia del siglo XVIII,
narra la vida de Jean-Baptiste Grenouille, un joven que tiene una capacidad
olfativa absoluta. Pero la novela no es únicamente una historia contada desde
el olfato, una gran reflexión sobre las carencias del lenguaje humano, el
reflejo de las convulsiones de una época tumultuosa (Diderot, D´Allembert,
Voltaire, Rousseau) o la crónica de una sombría obsesión:
El perfume es
básicamente una historia de amor.
"No huele a nada en absoluto"
Das Parfum es un libro que se
huele. El autor no desarrolló
ningún tipo de experimentación literaria compleja ni ningún juego con el tiempo
o los personajes. La historia es bastante lineal, pero tiene dos puntos
fuertes: la calidad de su entramado y la capacidad para pintar, de manera
expresionista, "el mayor coto de olores del mundo: la ciudad de
París". La búsqueda de la mejor fragancia nunca creada ni por el hombre ni
por la naturaleza es la excusa perfecta que puede esgrimir el lector para
acompañar al personaje hasta uno de los mejores finales de la Literatura Universal:
el final de Jean-Baptiste Grenouille.
En el cine
El perfume (2006), director: Tom Tykwer, Ben Whishaw y Dustin Hoffman.
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